Por Loreto Rojas
La mayorÃa de nosotros de alguna manera trabaja para el turismo que es el motor de nuestra región, seguido por dos distinguidos productos agricolas: nuestros fabulosos vinos (pinot noir es un sello de nuestros valles junto a deliciosos espumantes y excelentes cervecerÃas) y la legendaria sinsemilla. Viene la gente a disfrutar de estas bebidas y a disfrutar de la belleza de nuestro campo, bosques, rÃos. Los acantilados y los pinos, esos bosques rojos que se ven interrumpidos de pronto enfrentados al raro bosque pigmeo por un lado y al magnÃfico océano PacÃfico por el otro. Nuestra costa partida, rota, desmoronándose atrae miles de personas cada año y a nosotros nos recuerda de la precariedad misma de la vida.
Aquà en este paisaje fascinante y diverso atendemos a los que nos visitan de todas partes del mundo.
La mayorÃa de nuestros negocios de alguna manera están entrelazados con quienes nos visitan. Y este año, el legendario 2020, más que nunca nos toca practicar y fortalecer el principio de la responsabilidad colectiva a la hora de hacer negocios.
Esta última semana de junio, el 26 de junio para ser exactos, la directora de salud pública del Condado de Mendocino nos ha pedido que seamos nosotros, los dueños de negocios y nuestros trabajadores, todos los que trabajamos directamente con el público, los que eduquemos a nuestros clientes sobre cómo protegerse para no contraer el Covid-19.
Luego del proceso de “attestationâ€, la auto certificación sobre cómo hacer negocios en la era de la pandemia y asumir responsabilidad higiénica se ha abierto la economÃa en su 3ra fase. Pero antes de seguir quiero hablar un poco más sobre este proceso. La “attestation†es el trámite que todos los negocios han tenido que hacer para abrir sus puertas. Cada negocio promete que pondrá en práctica las medidas que demanda el gobernador Newsom para la apertura de la economÃa. Es él quien se ha puesto el cubrebocas y nos pide que todos nos lo pongamos en California.
Newsom pide que no nos acerquemos a nadie y que toda interacción sea a una distancia de 2 metros, ha establecido los protocolos de limpieza o desinfección de los espacios públicos interiores y las prácticas de servicios, etc. Estas regulaciones han dado pie a un documento en el Condado de Mendocino de más de 30 páginas donde todo esto está detallado. Si Ud. necesita saber más sobre este tema encuentre la información en español aquÃ.
Tras este proceso ahora estamos en el rol de enseñar estos acuerdos a nuestros clientes. Ya lo vemos en Harvest at Mendosa’s en el pueblo de Mendocino donde el viejo cartel de “no shoes, no shirt, no service†(sin zapatos o sin camisa no hay servicio) ha aparecido en la ventana de nuevo; ahora actualizado a: “no shoes, no shirt, no facial covering, no service†(sin zapatos o sin camisa o sin cubrebocas no hay servicio).
Todas las tiendas tienen algún letrero recordando a quien entra ponerse el cubrebocas. Vemos lÃneas en las tiendas porque sólo un número pequeño de personas puede estar dentro de la tienda, las máquinas de pago con tarjeta de crédito son desinfectadas entre cada cliente, etc.
Esta nueva normalidad que nos entra en el cuerpo como un zapato de cuero duro porque nos incomoda no poder hacer lo que hacÃamos antes, ni como clientes ni como dueños de negocios… este es el zapato al que tenemos que acostumbrarnos. Una suerte de nueva normalidad que es ineludible.
En este contexto es donde tenemos que recurrir a todos nuestros recursos, ya no sólo los estrictamente financieros, sino también a la creatividad en estos nuevos parámetros. La creatividad pero ya no individual, sino colectiva. Trabajar unidos en pos de un bien común es tarea de todos.
Si no vimos esto cuando se nos advirtió del devastador efecto de nuestro estilo de vida en el clima del planeta, ni cuando vimos a especies desaparecer y la violencia en contra de la mujer y de las personas de color asentarse y multiplicarse y no hicimos nada y creÃmos que todo podÃa seguir igual y que habÃa que aguantar… Ese momento de aceptación del estatus quo se ha acabado de golpe. Ha llegado la pandemia del virus llamado Covid19 que ha enfermado a 200 millones de personas en todo el mundo y ha matado a más de 120.000 en los EE.UU.; nos obliga a todos a parar y mirarnos.
Las injusticias que parecÃan enraizadas y se escondÃan en lo oscuro han todas salido a la luz del dÃa. Somos nosotros los morenos, los inmigrantes los que somos el principal motor de la economÃa local y los que estamos más expuestos a contraer la enfermedad y morir. Y somos nosotros los que necesitamos comenzar a colaborar y educar, tanto a nosotros mismos como a nuestros clientes.
El Valor de la Educación
Como personas dueñas de pequeños y medianos negocios tuvimos que aprender las reglas del comercio y navegar a veces un aparentemente infinito papeleo. Ahora nos enfrentamos a la oportunidad de recrear o “reinventarnosâ€, como decimos en Chile donde he nacido. Hay que reinventarse, no queda otra. Lo que conocÃamos y parecÃa lógico se ha desbaratado. Al alterar todo lo normal tenemos la increÃble oportunidad de crear una nueva cotidianeidad, tanto en el negocio como en la manera de hacer negocios y vender. Ni hablar de la oportunidad de imaginar un nuevo proceso de educar nuestros niños, de comer lo que podamos cultivar y mejor nuestra salud y ahorrar a la hora de las compras, de cultivar jardines y huertos juntos, en comunidad y en comunidad crecer.
Para dar el primer paso en esta transformación podemos usar un poco de dinero. Hay 5,000 dólares con el nombre de su negocio, para que tenga un capital ángel, (le decimos asÃ, “ángel” porque cae del cielo y no hay que pagarlo o devolverlo), pero que tiene que ser invertido en nuestro negocio para transformarlo y tener una oportunidad de que sobreviva nuestro esfuerzo en esta nueva era con nuevas formas de hacer negocios, ya sea ofreciendo servicios y vendiendo y creando nuevos productos. Para solicitar este capital visite www.www.westcenter.org/grants, inscrÃbase y solicite este capital semilla.
Suspiremos al unÃsono y soñemos que podemos crear una nueva economÃa local que nos permita vivir bien y sanos. Inspiremos nuestro negocio con formas colaborativas de compartir el mercado, en vez de competir. Conversemos para inspirarnos en el diálogo y salgamos fortalecidos e Ãntegros de esta crisis.
Loreto Rojas es una maestra de español, traductora e intérprete español-inglés en Mendocino. Puede contactarla en loreto@mcn.orgeon sus preguntas y comentarios.
Becoming Ambassadors of Workplace Safety
By Loreto Rojas
Most of us in this county are, in some way or another, involved in tourism, which is the engine of our region. And many are involved in the agricultural business, namely the creation of our fabulous wines (pinot noir is a hallmark of our valleys along with sparkling wines and excellent distilleries and breweries) or sinsemilla. People come to enjoy the bounty and the beauty of our countryside–the rivers and cliffs interrupted by redwoods and rare pygmy forests on one side and the magnificent Pacific Ocean on the other. Our dramatic coastal landscape attracts thousands of people every year from all over the world and our local businesses cater to those visitors.
This year more than ever, the infamous 2020, we have had to practice and strengthen the principle of collective responsibility when it comes to doing business. The last week of June, June 26 to be exact, the Director of Public Health of Mendocino County asked us, the business owners, and our workers who have direct contact with the public, to be the ones to educate our clients on how to protect themselves from contracting or spreading Covid-19.
The economy has entered Phase 3 of reopening after the “attestation” process (creating workplace safety plans for doing business during COVID and self-certification). “Attestation” is the process that all businesses have had to go through to open their doors again. Each business must promise to implement the workplace safety measures put forth by Governor Newsom for the re-opening of the economy by creating a workplace safety plan that they then upload onto the county website and print up and post at their place of business. Newsom mandates that we all wear a mask in public and when entering stores, that we do not approach anyone, and that any interaction is at a distance of 2 meters, or 6 feet as they say in English. Protocols have been established for cleaning or disinfection of indoor public spaces and service practices, etc. These regulations have given rise to a document in Mendocino County of more than 30 pages where all this is detailed. If you need to know more about this topic you can find the information here and the Mendocino County Attestation pdf here.
Following this process we now must play the role of teaching these protocols to our employees and customers. At Harvest at Mendosa’s, in the village of Mendocino, the old “no shoes, no shirt, no service” sign has appeared in the window again; now updated to: “no shoes, no shirt, no facial cover, no service”. All the shops have a sign reminding whoever enters to wear a mask. We see lines outside of stores because only a small number of people can be inside the store at a time. Credit card payment machines are disinfected between each customer and in some cases, there are clear plastic barriers between employees and customers. This new normal makes many uncomfortable because we are not able to do what we did before, neither as customers nor as business owners… this is what we have to get used to. A new kind of normal that’s inescapable.
It is in this context where we have to utilize all our resources. And not strictly the financial ones, but also our creativity, to navigate these new parameters–creativity that is no longer individual, but collective. Working together for a common good is everyone’s job.
One of the unforeseen side effects of this historic time is that silent acceptance of the status quo is waning. Global change has arrived in the form of a virus, which has sickened 200 million people worldwide and has killed more than 120,000 in the US. It has forced us all to stop and look at each other and how we do things. And because it is we, the brown people, the immigrants, who are such a large part of the engine of the local economy, that we need to start collaborating and educating ourselves and our customers.
As people who own micro and small businesses we have had to navigate seemingly infinite paperwork at times. Now we face the opportunity to recreate or “reinvent ourselves”, as we say in Chile where I was born. You have to reinvent yourself, there’s no other way. What we knew and seemed logical has broken down.
By altering what we considered “normal†we have the incredible opportunity to create a new daily life, both in our business and in the way we do business, not to mention the opportunity to imagine a new way of growing as a community.
In order to take the first step towards this transformation, you may need some financial help. There is $5000 with the name of your business on it, through the Building Innovation and Resiliency Grant–a capital ángel, (we call it ángel because it “falls from the sky†and you don’t have to pay it back). This money is meant to be invested back into your business to transform it and help you adapt to this new era of doing business by offering new services, creating new ways of selling and new products. This is a chance to reinvent your business. To apply for this grant visit www.www.westcenter.org/grants and fill out the form. If you need help applying please call 707-409-0530.
Let’s share a collective sigh in unison and start to dream that we can create a new local economy that allows all of us to live well and be healthy. One where we better our business with collaborative ways to share the market, rather than compete. Let us converse so that we may inspire each other and walk away from this crisis strengthened and whole.
Loreto Rojas is a Spanish teacher, translator and English interpreter in Mendocino. You can contact her at loreto@mcn.org with your questions and comments.